Green Day publica ¡Tré!, la
última parte de su trilogía, casi de tapadillo. Se edita tan solo un mes
después que ¡Dos! y sin ningún single con el que darlo a conocer, confirmando
así que el proyecto se ha ido desgastando por el camino y que la banda quiere
darlo por zanjado antes de lo previsto. Con ¡Tré! escuchado, se puede decir que
no tenían canciones tan potentes para hacer tres discos.
Uno de los problemas que acarrea este álbum son sus
predecesores. Al haber lanzado tanto material en apenas tres meses, es fácil
compararlo entre sí y ver como varios de los temas de ¡Tré! no aportan nada
nuevo y siguen una fórmula perfectamente intercambiable con ¡Uno! y ¡Dos!. Sucede,
por ejemplo, con Sex, Drugs & Violence o A Little Boy Named Train. Queda en evidencia, pues, cualquier idea de que
los discos se editan por separado porque el sonido de cada uno es distinto.
Lo predecible abunda en este trabajo que parece recoger lo
menos inspirado del grupo durante las sesiones de grabación de la trilogía.
Missing You o Amanda son ese tipo de canciones que Green Day compone fácilmente
y quizá en poco tiempo, de modo que ofrecen lo más básico, por mucho que la
última sea breve e incluya algún truco de guitarra llamativo. También está 8th
Avenue Serenade, que partiendo de una idea atractiva se queda en
una composición simplemente correcta, o la acústica Drama Queen, cuya melodía
es coqueta.
Por momentos recuperan la energía de la que hacían gala en
¡Uno!, como en 99 Revolutions, dedicada al movimiento Occupy, o en la reflexiva
X-Kid, donde el grupo habla sobre su estado actual con frases tipo “Eres
insensible a tu vieja gloria, pero ahora se ha ido” o “No eres tan joven, pero
aún eres tonto”. Incluso se permiten jugar con el ritmo y los cambios de
melodía en la desenfadada Dirty Rotten Bastards. El resultado son seis minutos
y medio de canción que ofrece algunos de los mejores momentos del disco.
Más alejados de su registro habitual se muestran en Brutal
Love. La excelente combinación de rock, soul y doo-wop hace que sea una de las
canciones más destacables. Lo contrario pasa con The Forgotten. Han querido
hacer una bonita balada a piano con muchas cuerdas, pero termina siendo
olvidable.
¡Tré! no es un mal disco, pero tampoco aporta demasiado a la
trilogía. De hecho, hay pocas canciones que llamen la atención, ya que o bien son solo correctas o bien parecen descartes de sus predecesores. La sensación final con todo este proyecto es que lo más
acertado habría sido agrupar las mejores canciones de cada disco en uno solo
que fuera más sólido, corto y disfrutable. Como no ha sido así, la solución
pasa porque los oyentes se hagan sus propias listas de reproducción o álbumes
eligiendo sus temas favoritos. Para algo nos han dado 37 canciones.
Nota: 5,5
Destacamos: Brutal Love, Dirty Rotten Bastards, 99 Revolutions
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