El doctor Conrad Murray ha sido declarado culpable de homicidio involuntario en la muerte de Michael Jackson. Por ahora, está pendiente de la sentencia que le imponga el juez, por la que tendrá que esperar hasta el 29 de noviembre. La decisión del juez puede suponerle cuatro años de cárcel y la pérdida de su licencia de cardiólogo.
El fiscal David Walgren acusó la semana pasada a Murray de este delito. Afirmó que Michael Jackson confió en Murray y acabó pagando con su vida. Añadió que el médico violó los códigos éticos de la profesión y quebró la confianza paciente-médico al administrarle al cantante una dosis excesiva de un narcótico usado como anestésico en los quirófanos (Propofol). El juicio por la muerte de Michael Jackson ha durado seis semanas hasta que el jurado, formado por 12 personas, ha tomado la decisión.
Murray basó su defensa en que Jackson era adicto al Propofol, pero no convenció al jurado. Según el doctor, el artista le pedía este narcótico para poder dormir y para tomarse con más calma la vuelta a los escenarios que preparaba.
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