‘Ceremonials’, lo más barroco de Florence + The Machine

Florence + The Machine podría haber optado por lo fácil tras el éxito cosechado por su debut Lungs: repetir la fórmula de su hit The Dogs Days Are Over u optar por canciones sencillas de pop. Sin embargo, Florence ha decidido tirar por un camino más oscuro en Ceremonials. Ha buscado un sonido más barroco y una producción (aun) más compleja. El segundo disco de Florence + The Machine incluye todo tipo de instrumentos (arpas, tambores que aportan sonidos tribales, violines, guitarras, etc.) y coros en los que parecen que canten cientos de personas. Para Ceremonials, Florence ha contado únicamente con la producción de Paul Epworth, con quien ya colaboró, por ejemplo, en Cosmic Love. Por eso, no es de extrañar que se repitan los aciertos de aquella canción.  
Que Florence tiene una gran voz ya lo sabíamos. Aun así, ella se encarga de recordárnoslo en Ceremonials. La británica sigue cantando con dramatismo a lo largo de todo el disco, incluso aunque no hiciera falta. Eso hace destacar Breaking Down, uno de los temas en los que más tranquila y contenida canta. A veces se agradece escuchar otro registro. Si a eso se le añade una melodía con unas cuerdas tan cautivadoras, el resultado es una de las mejores pistas del disco.
Desde el inicio de Ceremonials (Only If For A Night) ya se nos avisa de lo que vamos a escuchar durante el resto del disco. Destaca esa arpa inicial que estará muy presente desde la apertura hasta el cierre del álbum. De hecho, se nota una progresión en los siguientes temas: el primer y bien elegido single Shake It Out, cuyos coros representan el sonido algo gótico de Florence, y What The Water Gave Me, con una melodía que no deja de crecer y crecer.
Los grandes coros están presentes en todo el disco, pero destacan en la góspel Lover To Lover, la fuerte en percusión y con bien de arpa No Light, No Light, y la búsqueda del himno que es Spectrum. Ceremonials tiene también ese punto inquietante que tanto le gusta a Florence en Seven Devils, sin duda la canción más perturbadora del disco, y Leave My Body, algo más ligera que la anterior. Aun así, hay hueco para sonidos más alegres y pop, como son los de All This And Heaven Too.  
El segundo disco de Florence + The Machine también tiene sus puntos débiles. Never Let Me Go es una balada R&B que encaja poco con el sonido del álbum e incluso con Florence, aunque ha intentado darle su sello personal. Y Heartlines tiene unos coros que buscan ser tribales pero que juegan en su contra y la hacen pesada.
Con Ceremonials, Florence + The Machine demuestra que lo suyo son las producciones complejas y el barroquismo. Canciones llenas de dramatismo y oscuridad, todo tipo de influencias (sonidos rock, góticos, R&B, etc.) y una voz privilegiada conforman la nueva propuesta de Florence. La banda se ha creado un estilo propio, quizá algo histriónico pero que de momento no cansa.   

Nota: 8,5
Destacamos: Shake It Out; Breaking Down; No Light, No Light; Spectrum
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