
Maegan Johnson, una adolescente de 13 años de Alabama, tenía siete años cuando sufrió un aneurisma. Los médicos le dijeron a sus padres que la situación no era buena y la sometieron a una operación de cerebro de 10 horas durante la cual tuvo un derrame que le dejó paralizado el lado izquierdo. Tras aquello, estuvo seis semanas sin poder hablar y acabó deprimida.
“No quería sonreír ni comunicarme”, cuenta Maegan. “Vinieron a verme al hospital visitantes especiales como animadores, payasos y perros de terapia para animarme, pero nada funcionó. Hasta que un día alguien puso uno de mis CDs”. La joven explica que cuando sonó Toxic, empezó a sonreír y a intentar bailar moviendo sus brazos. Desde entonces, la canción se incluyó en todas sus sesiones de terapia.
Maegan y sus padres llevan seis años intentando que Britney sepa lo mucho que ayudó en su recuperación y, finalmente, lo han conseguido. La artista ha compartido en Facebook esta historia. “Me siento inspirada por ti y me alegra que mi música te ayudara en una época tan difícil”, ha escrito Britney.
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