
Algo va mal con
Déjà Vu cuando empieza con un tema tan simplón y anticuado como 4 U With Love,
un adelanto de lo que está por venir. Giorgio cae continuamente en el terreno
de lo genérico e intenta capturar los sonidos de los DJs de moda cuando a él no
le haría falta. Don’t Let Go, con Mikky Ekko, es más propia de un recopilatorio
dance en el que poco importan los autores. Matthew
Koma le pone ganas a la funky Tempted, pero no consigue llevarla a ningún
sitio. I Do This For You podría ser relleno en el disco de alguna cantante pop. Y 74 Is The New 24 sigue los pasos de Calvin Harris o David Guetta sin
mucha gracia.
En el lado positivo, Sia encaja a la perfección en Déjà Vu, que fácilmente
podría haber sido un éxito en los 70. Right Here, Right Now recupera a la Kylie
más disco y con más fuerza, esa que le faltó en parte de Kiss Me Once. Wildstar
recuerda a la reivindicación de Giorgio que hizo Daft Punk en su álbum de 2013.
Funciona tan bien que hasta Foxes ha tomado nota para su nuevo single. Charli
XCX vuelve a los sonidos electrónicos de True Romance en Diamonds, un tema
gracioso por su estructura y la personalidad que le da la británica. Menos
partido le ha sacado a Kelis. Las estrofas de Back And Forth apuntan maneras,
pero su estribillo parece sacado de una canción desfasada de Eurovisión. Una
pena, porque siempre es un delicia escuchar la voz de la artista. Y Britney
Spears, uno de los grandes reclamos, interpreta, más robotizada que de
costumbre, la versión del Tom’s Diner de Suzanne
Vega. No pasa de una divertida anécdota, pero se podría decir que es
bastante en un álbum como este.
El productor que
en su momento revolucionó la música al introducir sintetizadores en varios hits
de los 70 y 80 –aún hoy día siguen muy presentes en el pop y el dance- se ha
acomodado en este álbum creyendo que las estrellas invitadas serían capaces de
levantar canciones que suenan a todo lo que se está haciendo en la electrónica
ahora mismo. Ese es el problema de Déjà Vu. Se queda a medio camino de todo. Ni
Giorgio termina de reivindicarse a sí mismo ni intenta innovar como antaño. Al final, simplemente suena como un imitador de alguien cuya influencia se extiende
hasta nuestros días.
Nota: 5,5
Destacamos: Déjà Vu; Right Here, Right Now; Wildstar
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