Giorgio Moroder pasa de pionero a uno más con ‘Déjà Vu’

El homenaje que Daft Punk hizo a Giorgio Moroder en Random Access Memories, que incluía un tema de título Giorgio By Moroder, reanimó el interés por el mítico productor italiano y descubrió su música a las nuevas generaciones. El artista tomó nota y aprovechó la ocasión para salir de su letargo y preparar un nuevo álbum, el primero en 30 años. Las expectativas con el trabajo de un pionero de la electrónica eran altas pero, desgraciadamente, no se han cumplido.
Algo va mal con Déjà Vu cuando empieza con un tema tan simplón y anticuado como 4 U With Love, un adelanto de lo que está por venir. Giorgio cae continuamente en el terreno de lo genérico e intenta capturar los sonidos de los DJs de moda cuando a él no le haría falta. Don’t Let Go, con Mikky Ekko, es más propia de un recopilatorio dance en el que poco importan los autores. Matthew Koma le pone ganas a la funky Tempted, pero no consigue llevarla a ningún sitio. I Do This For You podría ser relleno en el disco de alguna cantante pop. Y 74 Is The New 24 sigue los pasos de Calvin Harris o David Guetta sin mucha gracia.
En el lado positivo, Sia encaja a la perfección en Déjà Vu, que fácilmente podría haber sido un éxito en los 70. Right Here, Right Now recupera a la Kylie más disco y con más fuerza, esa que le faltó en parte de Kiss Me Once. Wildstar recuerda a la reivindicación de Giorgio que hizo Daft Punk en su álbum de 2013. Funciona tan bien que hasta Foxes ha tomado nota para su nuevo single. Charli XCX vuelve a los sonidos electrónicos de True Romance en Diamonds, un tema gracioso por su estructura y la personalidad que le da la británica. Menos partido le ha sacado a Kelis. Las estrofas de Back And Forth apuntan maneras, pero su estribillo parece sacado de una canción desfasada de Eurovisión. Una pena, porque siempre es un delicia escuchar la voz de la artista. Y Britney Spears, uno de los grandes reclamos, interpreta, más robotizada que de costumbre, la versión del Tom’s Diner de Suzanne Vega. No pasa de una divertida anécdota, pero se podría decir que es bastante en un álbum como este.
El productor que en su momento revolucionó la música al introducir sintetizadores en varios hits de los 70 y 80 –aún hoy día siguen muy presentes en el pop y el dance- se ha acomodado en este álbum creyendo que las estrellas invitadas serían capaces de levantar canciones que suenan a todo lo que se está haciendo en la electrónica ahora mismo. Ese es el problema de Déjà Vu. Se queda a medio camino de todo. Ni Giorgio termina de reivindicarse a sí mismo ni intenta innovar como antaño. Al final, simplemente suena como un imitador de alguien cuya influencia se extiende hasta nuestros días.

Nota: 5,5
Destacamos: Déjà Vu; Right Here, Right Now; Wildstar
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