Katy Perry ha sabido cómo
entretener al público durante el intermedio de la Super Bowl. La cantante ha
llevado un espectáculo de 12 minutos en el que ha sacado el máximo partido a
sus señas de identidad: una puesta en escena colorida y divertida en la que ha
repasado algunos de sus grandes éxitos. Todo ello rodeada de cosas tan
llamativas como el tigre de cristales con el que ha entrado al escenario
cantando Roar o los tiburones, palmeras y pelotas de playa bailarines y
cantarines que la han acompañado en Teenage Dream y California Gurls. A I
Kissed A Girl le ha dado un toque más guitarrero acompañada de Lenny Kravitz y
en Dark Horse ha optado por unos modernos trucos visuales. También ha cantado junto
a Missy Elliott, que ha aparecido para interpretar un mix de Get Ur Freak On, Work It y Lose Control. El final, eso sí, lo ha reservado para Firework, durante la cual ha volado literalmente por el cielo del estadio y,
obviamente, ha habido fuegos artificiales. Lo dicho, un espectáculo de lo más
entretenido.
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