Tras más de una década lanzando discos, Sia
consiguió cierta popularidad –básicamente en su Australia natal- a finales de
la década pasada, sobre todo gracias a We Are Born. Pero este ascenso a la fama
repercutió negativamente en ella, que no acababa de sentirse cómoda con su
nueva posición. Esto, unido a ciertos problemas de salud, la apartó de los
escenarios. Desde entonces, se centró en su carrera como compositora,
escribiendo decenas de canciones (y hits) para otros artistas. Ahora, ha
aprovechado este tirón para publicar su nuevo disco, 1000 Forms Of Fear. Pero
este lanzamiento solo se entiende gracias a una cláusula de su contrato con RCA
por la cual queda exenta de salir de gira y promocionar el álbum en los medios
si no quiere. De ahí que haya decidido ocultar su rostro y escudarse en una ya
icónica peluca rubia que se asemeja a su corte de pelo.
Ese deseo de que su cara
no sea reconocible –algo no tan difícil- no se traslada a su música, que no
pasa desapercibida. El trabajo en los últimos años como compositora para
estrellas del pop le ha permitido desarrollar su capacidad para crear hits. Buena
muestra de ello son Chandelier, con un estribillo épico y llamada a ser un
himno, o Fire Meet Gasoline, llena de energía y con claras opciones de ser
single.
Sia tiene facilidad para
que sus baladas sean canciones de lo más pegadizas. La sincera Big Girls Cry no
tiene muchas florituras, pero engancha enseguida. Algo parecido a lo que sucede
con Eye Of The Needle, con un punto Ryan Tedder. La gran interpretación de la
artista, además, juega a su favor. Más experimental se pone en la brillante
Elastic Heart, con una producción excepcional. Es un acierto recuperar aquí su
colaboración con The Weeknd y Diplo para Los juegos del hambre: En llamas.
No obstante, no se puede
decir que todas las baladas funcionen igual de bien. Hay unas cuantas que pasan
sin pena ni gloria (Straight For The Knife, Cellophane) y que no las levantan
ni sus intentos por hacer algo diferente, como Dressed In Black, que se hace
interminable con sus tres minutos finales de repetición del estribillo y de
gorgoritos.
Pero no solo de baladas
vive Sia. Hay en este trabajo temas más animados, como la ligerita Burn The
Pages o la guitarrera y divertida Hostage, que es fácil de imaginar en boca de
Katy Perry. Más potencia y energía aún desprende Free The Animal, con otro de
esos grandes estribillos a los que nos está acostumbrando la artista.
1000 Forms Of Fear es la
culminación de todos estos años que Sia ha pasado en la sombra. Su inmersión en
el pop de grandes ventas ha hecho que su estilo sea más accesible pero no por
ello menos característico y personal. En este disco, ha sabido encontrar el
equilibrio perfecto entre la Sia artista y la Sia superventas. Puede que
esconda su rostro, pero mucha más gente conocerá su voz a partir de ahora.
Nota: 8
Destacamos: Chandelier, Big Girls Cry, Free The Animal, Fire Meet Gasoline
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