Green Day gana potencia pero pierde encanto en ‘¡Dos!’

Green Day ya ha publicado la segunda entrega de su trilogía. Si en ¡Uno! apostaban por un tono divertido que recuperara el sonido pop-punk de sus inicios, ¡Dos! supone el homenaje del grupo al garage rock. Algún cambio tenía que haber para justificar que la trilogía se lance por separado y no como un disco completo (y muy largo). La inspiración para este álbum procede de la banda Foxboro Hot Tubs, el proyecto paralelo de Green Day puesto en marcha más por entretenimiento que como algo serio.
Sin ir más lejos, Fuck Time, cuyo título resume su contenido, es una canción perteneciente a Foxboro Hot Tubs que han grabado para ¡Dos!. Es un rock sucio y directo como el que se puede encontrar en varias pistas. También sirve como ejemplo del espíritu juvenil que quiere recuperar el grupo en sus letras. Se nota en la inmediata y salvaje Makeout Party y en la psicodélica Wow! That’s Loud. La fiesta sigue presente en Nightlife, el experimento fallido de este disco en el que Green Day ha hecho una canción rap combinada con unas guitarras funk. Han contado con la ayuda de la rapera Lady Cobra, que no aparece en la aburrida composición del mismo nombre.
Por momentos, la banda recupera su sonido más clásico. Así sucede en la pegadiza Stop When The Red Lights Flash o en Ashley, que hubiera quedado mejor en ¡Uno!, aunque allí no hubiera destacado como lo consigue aquí. Quizá porque esta vez se han incluido temas insulsos como Baby Eyes que hacen valorar aún más la inmediatez de Lazy Bones, donde todo el peso recae sobre la batería, o la diversión que desprende el rockabilly de Stray Heart.
Por mucha potencia y guitarras desenfrenadas que haya, tres canciones aportan algo de tranquilidad. See You Tonight se vale de una melodía casi acústica en clave de rock para establecer el primer contacto. Wild One apuesta por la calma pero sin llegar a ser una balada. Le favorece el falsete que se oye de fondo y la espontaneidad de la guitarra en su segunda mitad. El tributo a Amy Winehouse, llamado Amy, se guarda para el final, básicamente porque no encaja en absoluto con el sonido del disco. Se nota el sentimiento que han puesto en esta delicada balada, pero no es suficiente para salvarla de la indiferencia que provoca.
Con ¡Dos!, se hace realidad una de las dudas que surgieron desde que se anunció esta trilogía: el número de canciones de relleno ha crecido y empaña el resultado final. La diversión continúa siendo el hilo principal de este álbum y ofrece buenos momentos. Sin embargo, por mucho que aquí haya más energía y las guitarras suenen más fuerte, el conjunto tiene más altibajos que su predecesor.

Nota: 6,5
Destacamos: Lazy Bones, Makeout Party, Stray Heart
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