Las prisas por publicar un segundo disco no le hicieron ningún
favor a Cheryl Cole. Si bien debutó con la excelente Fight For This Love, luego
fue capaz de presentar la tediosa The Flood como la “gran balada” de un olvidable
segundo álbum. Dos años después, Cheryl se ha quitado el apellido - todo el
mundo la seguirá llamando Cheryl Cole- y presenta tercer disco, A Million
Lights. Remonta un poco respecto a su predecesor, pero sigue sin responder a una
pregunta clave: ¿qué tiene la chica para que los británicos esperen impacientes
su música?
A Million Lights no es un trabajo especialmente llamativo,
tan solo es el último disco de pop dance que juega con los mismos recursos que
otros tantos. Se nota demasiado el esfuerzo, a veces poco natural, para que
Cheryl tenga un sonido actual y moderno. Y eso significa añadir toques dubstep
en cualquier sitio, como en Craziest Things. Will.I.Am ha intentado hacer una
continuación para 3 Words, pero se ha quedado a medio camino al no
repetir la magia que desprendía aquella. Love Killer es otro de los números más
dubstep. Lástima que su interesante primera parte se vea estropeada por la
monotonía que le sigue.
Cheryl tampoco puede evitar el dance. Incluso lo combina con
el dubstep en la muy predecible Girl In The Mirror, una búsqueda de hit a la
que le falta potencia para serlo. Por si acaso, se ha contratado a Calvin
Harris, quien en modo automático le ha compuesto Call My Name. Otra vez repite
la fórmula de sus últimas canciones, pero al cabo de varias escuchas consigue
que sea pegadiza. Tampoco es que sea muy original Sexy Den A Mutha, pero con
una promoción machacante y un buen vídeo de Cheryl bailando puede funcionarle
como single. De no ser así, puede publicar Screw You, en la que Cheryl
saca su lado macarra. A la interpretación le falta toda la mala leche que
transmite la melodía, pero resulta bastante solvente.
Si bien se anunciaron varios colaboradores estrella para
este álbum, no se lucen todo lo que cabría esperar. Lana Del Rey firma Ghetto
Baby. Tiene su encanto, pero Cheryl básicamente imita a Lana en la que es una
nueva muestra de la falta de personalidad musical de la cantante. Por su parte,
el productor Alex da Kid se encarga de la infantil Under The Sun, que es lo bastante
pegajosa para escuchar durante el verano. La peor colaboración corre a cargo de Taio Cruz,
quien cede la anodina balada Mechanics Of The Heart, un ejemplo de producción
caótica.
Cheryl ha sido incapaz de dar cohesión y personalidad a A Million
Lights. Ha querido tocar un poco de todo y al final lo ha hecho solo por encima.
Esto es el resultado de la búsqueda de hits que se quedan a medias por una
producción que a veces resulta genérica y que se limita a parecerse a tantas
otras canciones. Aunque hay algunos temas que funcionan bien, este disco continúa
lejos de 3 Words, lo que hace pensar que Cheryl no va a tener la misma suerte que
entonces. Tampoco aquel era un gran álbum, pero quizá el factor sorpresa y
que no sonaba tanto como otras composiciones de la época lo convertía en un trabajo más interesante.
Nota: 5
Magnifica critica
ResponderEliminar¡Gracias!
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