Adam Lambert da un paso firme con ‘Trespassing’

Tres años después de participar en American Idol, Adam Lambert presenta su segundo disco, Trespassing. Como en otros casos de concursantes salidos de este tipo de programas, el segundo trabajo permite conocer mejor el estilo del cantante. Y eso que Adam lo dejó claro desde que apareció por primera vez en televisión. Su debut For Your Entertainment –sin ser malo- no acabó de explotar todo el potencial de Adam, que tocó todos los palos posibles para contentar a todo el mundo. Sin embargo, en Trespassing ha cogido las riendas de su carrera y ha apostado por los ritmos en los que se siente más cómodo.
El álbum incluye temas capaces de llenar las pistas de baile. No son demasiado originales, pero Adam los lleva a su propio terreno al dotarlos de ese aire glam que lo rodea. Ahí está Cuckoo, que funciona a la perfección gracias a las influencias ochenteras y a lo pegadiza que resulta la melodía. O la bailable Pop That Lock, que incorpora la cada vez más recurrente sección dubstep. Más facilona todavía resulta la despreocupada Naked Love, que solo necesita un par de escuchas para que se acabe recordando. La culpa es de los innumerables “Oh oh”. Shady es más interesante y tiene más personalidad. Se trata de un tema robótico y funk con un beat y un bajo que atrapan desde el principio.   
Pharrell Williams produce dos de las mejores canciones del disco. La funk Trespassing cuenta con una batería y un bajo que la hacen inmediata. Imposible no pensar en Another One Bites The Dust de Queen mientras se escucha. En cambio, Kickin’ In es una locura de sintetizadores que construyen una melodía llena de subidas y bajadas. ¿Quién dijo que un cencerro suena mal en una canción pop? 
Trespassing también cuenta con producciones de Dr. Luke. Se trata de los dos singles que se han extraído hasta el momento. Never Close Our Eyes es como sonaría Bruno Mars –compositor del tema- si le diera por el dance. Aunque la interpretación de Adam recuerda a la de Bruno por momentos, termina desvinculándose de su autor original. Better Than I Know Myself, por su parte, rompe el tracklist del disco. Es la canción que da paso a las baladas. A pesar de no ser un mal tema, carece de la fuerza que tiene la primera parte del álbum.
El último tercio de Trespassing presenta a un Adam más relajado y vulnerable. Es ahí donde el disco pierde fuelle al juntarse, todas seguidas, las canciones más aburridas y menos memorables. Ni siquiera la épica de Underneath o la sinceridad de Outlaws Of Love –se puede interpretar como la defensa del matrimonio gay por parte de Adam- salvan este tramo. 
Trespassing muestra a un Adam Lambert más seguro de lo que hace. El cantante se sumerge en un pop con tintes dance, rock y funk. Sin duda, ha sabido elegir bien a sus colaboradores y conectar con ellos, ya que incluso ha hecho suyos los temas más genéricos. Con este álbum, Adam ha empezado a concretar el camino que quiere seguir. De momento, está dando los pasos adecuados. 

Nota: 7,6
Destacamos: Trespassing, Cuckoo, Shady, Kickin’ In
COMPARTIR
    Comentarios de Blogger
    Comentarios de Facebook

0 comentarios:

Publicar un comentario