El veredicto de “culpable por homicidio involuntario” le ha salido caro al doctor Conrad Murray, acusado de provocar la muerte de Michael Jackson en junio de 2009. Murray afrontará la pena más alta prevista para este tipo de delitos, cuatro años de prisión, por haber aportado un “factor sustancial” a la muerte del artista. Y es que Murray no solo administró al cantante la dosis de anestésico quirúrgico que provocaría su muerte sino que además abandonó a su paciente. A todo ello se suma el agravante de que el doctor no se arrepiente de lo que hizo. Tras seis semanas de juicios, 22 días de testimonios de 49 testigos y la presentación de cientos de pruebas, bastaron menos de siete horas para que el jurado emitiese el veredicto de declarar culpable al doctor. Ahora a Murray solo le quedará cumplir con la justicia.
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