La carrera en solitario de Nicole
Scherzinger continúa sin despegar. Después de los problemas para sacar adelante
su debut, Killer Love logró salvar los muebles gracias a unos cuantos singles
resultones y pegadizos. El segundo intento vuelve a llegar rodeado de
dificultades. Boomerang debía ser el primer avance del nuevo álbum de la ex
Pussycat Doll pero, tras su fracaso, el proyecto se quedó en stand by hasta que
se desechó por completo. Y no fue el único. Cuenta Nicole que ha descartado
cinco discos completos antes de llegar a este Big Fat Lie que publica con una
nueva discográfica (ha pasado de Interscope a RCA). Para su creación, se ha
apoyado casi exclusivamente en Tricky Stewart y The-Dream, compositores y
productores de 10 de las 11 canciones del álbum. Quizá quería para sí misma un
poco del éxito que este equipo aportó a las carreras de Rihanna (Umbrella),
Beyoncé (Single Ladies) o Mariah Carey (Touch My Body). ¿Lo ha logrado? No
mucho.
Your Love hacía pensar que la artista por
fin había recopilado material potente que sacar adelante. Este single sexy y
con un punto house resultaba ultra pegadizo gracias a los “Doo-doo-doo” del estribillo. Generó interés por
su nuevo trabajo, un interés que no se mantiene en la mayoría de las pistas. Es un
acierto colocarla al principio del tracklist junto a Electric Blue, un número
sensual y funky que recuerda a la mejor Janet Jackson. Desafortunadamente, a
partir de ahí, todo se viene abajo. On The Rocks es una sosez de balada que
dura cinco minutos. Demasiado tiempo para la desgana que transmite. ¡Y encima la
ha elegido como segundo sencillo! Parece que la cosa mejora con la oscura y
prometedora Heartbreaker, pero el empeño por alargarla le acaba perjudicando.
God Of War arregla un poco el primer tramo trayendo de nuevo a la mente a la
Janet de los 90 en un midtempo con cambio de ritmo incluido.
Pero todo queda
absolutamente perdido en la segunda mitad, donde Nicole se entrega de lleno
a las baladas más inofensivas e insustanciales, como Just A Girl o Bang, y
resueltas sin ningún esmero (el estribillo de Girl With A Diamond Heart es una
muestra de vagancia absoluta). Ni siquiera el componente autobiográfico de Big
Fat Lie la aleja de ser una canción demasiado blanda. Visto lo visto, Run, a
pesar de su sencillez, termina destacando, ya que además de servir para confirmar
que Nicole puede cantar –algo que ya sabíamos-, la muestra más implicada que en
el resto de baladas. Es curioso que sea el único tema en el que no han
participado The-Dream y Tricky Stewart.
Big Fat Lie no va a hacer
mucho por cimentar la carrera como solista de Nicole. A priori, parecía que su
colaboración con The-Dream y Tricky Stewart le sentaría como anillo al dedo por
encajar con sus inquietudes R&B. Sin embargo, los músicos no pasan por su
mejor momento creativo, derivando todo ello en canciones que ni tienen madera
de hit ni sirven como baladas capaces de emocionar. Al final, Big Fat Lie se
queda en un disco tan inofensivo que el impacto tras su escucha es mínimo. Y
eso, para un segundo álbum, supone un grave problema.
Nota: 4
Destacamos: Your Love, Electric Blue, God Of War
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