Es de sobras conocido lo
perfeccionista que Michael Jackson era con su música. Para dar con los temas
que entraban en sus álbumes, grababa canciones y canciones, lo que hace pensar
que hay un catálogo de inéditas considerable al que sacarle partido tras su
muerte. Xscape es su segundo disco póstumo, un trabajo que se quiere alejar de
la mala prensa que rodeó a Michael, sobre el que se llegó a decir que en
algunos temas no aparecía la voz de Jackson. Este proyecto se presenta como una
obra más respetuosa y menos precipitada que su predecesor. Para que no haya
dudas sobre su autenticidad y contentar a los fans más puristas, se ha
publicado una edición deluxe que incluye las tomas originales sobre las que han
trabajado los productores.
Pero, más allá de reunir
unas cuantas demos que circulan desde hace tiempo por internet, Xscape debe
funcionar como un álbum moderno. Con ese objetivo en mente, su
productor ejecutivo, L.A. Reid, ha reunido a varios productores para que actualicen
el sonido de los temas originales. Lo han conseguido al ofrecer un trabajo que no desentona en pleno 2014. También influye en esa percepción que la
música de varios solistas masculinos de ahora beba tan directamente de Michael. La disco
Love Never Felt So Good, compuesta en 1983, podría pasar por uno de los últimos
singles de Pharrell o Justin Timberlake, quien de hecho aparece en una de las
versiones. Algo así sucede con Blue Gangsta, con una excelente interpretación
de Michael, o A Place With No Name, una canción que samplea el tema de 1972 A
Horse With No Name y que Stargate ha dotado de un aire de modernidad con una
pegadiza base de sintetizadores.
Si bien A Place With No
Name es un ejemplo del buen trabajo hecho con uno de los originales de Jackson,
no se puede decir lo mismo de todo el álbum. Slave To The Rhythm, producida
inicialmente por L.A. Reid, ha sido actualizada por Timbaland, quien ha
recurrido a su conocido sonido. El resultado final es menos directo y
poderoso que la demo. En Do You Know Where Your Children Are –una canción sobre
los abusos infantiles grabada mucho antes de que la polémica rodeara a Michael-
los cambios directamente son mínimos, añadiendo poco más que unas guitarras por
aquí y por allá. Y a Chicago se le ha querido dar un tono más oscuro, pero poco se ha podido hacer por un tema que peca
de repetitivo. He ahí por qué Michael se la guardó en su momento.
Como curiosidad del
álbum, está la canción que le da nombre, Xscape. Es la única que ha sido
revisionada por su productor original, Rodney “Darkchild” Jerkins. Grabada
durante las sesiones de Invincible, se le han añadido unos vientos y unas
cuerdas que le sientan muy bien.
Se agradece que se haya
querido mimar más este segundo disco póstumo de Michael. La actualización del
sonido cumple, aunque en todo momento respetando los originales al máximo y sin
dejar lugar a la experimentación. Pero por mucho que se disfrute, la sensación
de que Xscape se compone de descartes siempre está ahí. Y eso habría pesado en
alguien tan perfeccionista como Michael.
Nota: 6
Destacamos: Love Never Felt So Good, A Place With No Name, Xscape
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