Terminamos el año con una noticia calentita calentita. Rihanna, a quien ya hemos visto desnuda en más de una ocasión, despide el año como Dios la trajo al mundo. Porque entre la portada de su nuevo disco y las fotos que cuelga en Instagram, ya no sabemos calcular cuantas veces la hemos visto desnuda en comparación con las que la hemos visto vestida. O cuantas veces aparecía más desnuda que vestida, ya sabéis, por su costumbre de llevar poca ropa. Esta vez, la de Barbados ha sido pillada en su tierra natal, concretamente en su habitación, cambiándose de biquini a ventana descubierta. La cantante se desnuda en su cuarto con la ventana abierta y la persiana subida sin ningún pudor. Ahí, se cambia un biquini negro por uno rojo, tan alegremente. Y claro, los paparazzis, que son capaces de acampar durante días en la puerta de casa de Rihanna, consiguen lo que buscaban: ver todos sus "atributos".
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