Ke$ha se presentó con su debut
Animal como la chica fiestera del pop. Una actitud pasota, varios hits y las
ganas de divertirse le valieron su hueco en un mercado repleto de cantantes
femeninas. En Warrior, su segundo disco, prometía un cambio de sonido pero,
como era de esperar, ha repetido la fórmula del primero. ¿Pero es eso malo si
ya consiguió entretenernos entonces?
Ke$ha dijo varias veces que
este álbum incluiría elementos del rock de los 70. ¿Lo ha cumplido? A medias.
Es innegable que hay ciertas influencias, pero siempre combinadas con el
electropop que la caracteriza para no echar atrás a los seguidores de su sonido.
Thinking Of You, por ejemplo, empieza con unas guitarras sucias y una fuerte
batería que pasan a un segundo plano en un estribillo lleno de sintetizadores.
Más desatado es el rock de la espontánea colaboración con Iggy Pop, Dirty Love,
o de Only Wanna Dance With You, que es como sonaría Ke$ha versionando a The
Strokes. De hecho, Julian Casablancas y Fabrizio Moretti de The Strokes
aparecen en los créditos de este tema.
Al margen de estas tres pistas,
Warrior contiene recursos que ya le conocemos a Ke$ha y a Dr. Luke, productor
de casi todos los temas del disco. El single Die Young recicla una base de Luke
–como la del Good Feeling de Flo Rida-, aunque no se le puede negar que tiene
un estribillo pegadizo. En cambio, C’mon, parece un descarte de Animal. En algunas
canciones se ha actualizado el sonido de Ke$ha, lo que en 2012 implica incluir
un poco de dubstep, como en Supernatural, o lanzarse a una electrónica más
desenfrenada, como en Warrior. Y en Crazy Kids directamente toca varios
géneros. Va desde lo acústico a una especie de electro-rap precedido de un
subidón.
Como buena popstar, Ke$ha
tampoco puede obviar sus momentos sensibles, aunque nunca le han funcionado
bien a excepción de The Harold Song. Lo intenta con Wherever You Are, pero
acaba tirando a un electropop molesto con tanta distorsión. Sin embargo, en
Wonderland ha dado en el clavo. Esta balada de aires country muestra un lado
totalmente desconocido de Ke$ha, y no solo porque el uso de Auto-tune se ha
limitado a su justa medida.
Las dos únicas canciones de la
edición estándar no producidas por Dr. Luke ofrecen una de cal y otra de arena.
All That Matters (The Beautiful Life) es electropop de recopilatorio barato,
mientras que Love Into The Light, a cargo de Greg Kurstin, presenta a una Ke$ha
tranquila.
Warrior recoge con bastante
acierto el testigo de Animal y Cannibal gracias a unos estribillos adictivos y
a varias canciones que sonarán en todos sitios a lo largo de 2013. Además
supone una pequeña evolución en la carrera de Ke$ha ya que abre un camino por
el que podría seguir. Pero hoy por hoy, ¿quién quiere un cambio radical si sigue
divirtiendo, creando hits y este es solo su segundo disco?
Nota: 7
Destacamos: Thinking Of You, Crazy Kids, Dirty Love, Only Wanna Dance With You
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