Tom Chaplin decía que el nuevo disco de Keane, Strangeland,
sonaba a los primeros Keane. Y no podía tener más razón. Los últimos trabajos
de la banda se alejaban de las melodías que les dieron fama. En Perfect Symmetry
coquetearon con la electrónica, mientras que en el EP Night Train les dio por el rap, algo que
resolvieron como buenamente pudieron. En cambio, en Strangeland vuelven a dar protagonismo
al piano y a ofrecer canciones llenas de melancolía.
Pero eso no quita que esta vez den ánimos a todo el mundo a través de las
letras.
You Are Young es el claro de ejemplo de tema de autoayuda. Un
elegante piano y una batería construyen una poderosa melodía en la que el grupo
invita a mirar hacia adelante. La misma energía desprende el single Silenced By The Night, uno de los temas más radiables del álbum. Atrapa desde el principio,
tiene un estribillo potente y el piano resulta irresistible. Demuestran así que
vuelven a sus orígenes. Algo parecido sucede en Disconnected, que también se ha
usado como canción promocional. Sin embargo, aquí se intuye cierto cambio,
fruto de la evolución de Keane. La nostalgia (con buen rollo) está presente en Sovereign Light Café, una de las composiciones más animadas de
Strangeland y, sin duda, una excelente elección como futuro single. Es lo que
sonaría en la cabecera de la serie Cheers si se estrenara hoy (“I'm going where
the people know my name”, canta Tom Chaplin). On The Road, con su fuerte
percusión, es otra muestra del optimismo imperante en el disco. Una canción llena
de tópicos sobre la aventura de salir a la carretera. Se salva por el ritmo.
Keane sigue demostrando su afición por las baladas. Lo malo es
que son demasiado típicas y monótonas. Ahí están Watch How You Go y Sea Fog,
que no es ni de lejos el mejor final para el disco. Solo The Starting
Line acaba teniendo su encanto gracias a la magnífica aportación de las cuerdas. A pesar de que
el principio no es muy prometedor, merece la pena esperar.
La segunda mitad del disco supone una repetición de lo que
se ha escuchado antes. Keane pone el piloto automático y ofrece varias canciones previsibles. Desde Neon River hasta
Sea Fog. Mayor error es que se hayan colocado seguidas en
el tracklist. Por suerte, y quizá no de forma casual, justo antes de este tramo
aparece Black Rain, el tema más diferente del disco. El grupo abandona la
seguridad que marca el resto del álbum y experimenta, con acierto, con la
electrónica. El resultado es una de las composiciones más intrigantes y oscuras
de este trabajo.
Strangeland no supone nada nuevo en Keane. Básicamente
repiten los aciertos y los errores de su debut Hopes And Fears. Presentan un
pop melódico con canciones construidas en torno al piano. A pesar de que suelen
funcionar bien, algunas de ellas se pueden tachar de ñoñas y blandas. La
fórmula de antaño sigue siendo válida y disfrutable. Pero no deja de ser una
cuestión de gustos. Para unos esto es suficiente, mientras que otros exigirán a
la banda un cambio de rumbo después de cuatro discos.
Nota: 7
Destacamos: You Are Young, Disconnected, Sovereign Light
Café, The Starting Line
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