
“Me emocioné y pensé, y él pensó, que tendría unos meses más, al menos. Obviamente, si estaba entusiasmado con hacer su próximo disco, debía de pensar que le quedaban más meses. Así que el final debe de haber sido muy rápido”, ha contado Visconti. “No lo sé exactamente, pero debió de ponerse enfermo muy rápidamente después de aquella llamada”.
Visconti supo del cáncer de Bowie hace un año durante las grabaciones de Blackstar, cuando llegó después de una sesión de quimioterapia sin cejas ni pelo. “No había forma de mantenérselo en secreto a la banda. Pero me lo dijo en privado”, ha explicado.
A mediados del año pasado, parecía que había progresos en la lucha contra la enfermedad y que la quimioterapia funcionaba. El propio Visconti creía que lo superaría, aunque Bowie se mostraba más cauto. “En noviembre, [el cáncer] volvió de repente. Se extendió por todo su cuerpo, así que ya no había recuperación”, ha afirmado el productor.
Aunque Bowie acabó Blackstar antes de noviembre, Visconti vio que era un disco de despedida y así se lo dijo al músico, quien simplemente rió. “Era muy valiente. Y su energía era increíble para un hombre con cáncer”, ha dicho.
Según The Mirror, Bowie ha sido incinerado en Nueva York sin la presencia de familiares y amigos, respetando así su deseo de no celebrar ningún funeral.
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