
Bobbi fue encontrada sumergida en la bañera de su casa el pasado enero y, aunque la revivieron, había sufrido daños irreversibles. Desde entonces, permaneció en un coma inducido y conectada a un ventilador para poder respirar sin apenas posibilidades de recuperar la conciencia.
“Finalmente, descansa en los brazos de Dios”, afirma su familia en un comunicado en el que agradece el apoyo y el cariño recibido durante todo este tiempo.
Bobbi era la única hija de Whitney y la heredera de toda su fortuna después de su muerte. La joven siempre estuvo muy unida a su madre, quien se quedó con su custodia tras divorciarse de Bobby Brown.
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