Taylor Swift sorprendió
el año pasado retirando toda su música de Spotify porque consideraba que el
streaming perpetúa “la percepción de que la música no tiene valor y debe ser
gratuita”. Supuso un golpe importante para la compañía, ya que Taylor es una de
las artistas más populares del momento y reabría el debate sobre el modelo de financiación de la plataforma.
Si bien Taylor reconoce
no sentirse cómoda con Spotify, parece que no le sucede lo mismo con otros
servicios de streaming, concretamente con el de su nuevo amigo Jay-Z, TIDAL.
Todo el catálogo de la artista sí está disponible en esta plataforma que el
rapero compró por 56 millones de dólares a principios de mes. Muy
probablemente, en esta decisión ha influido que en TIDAL todos los usuarios
deben pagar una cuota mensual de 19,99 dólares en Estados Unidos. Al final, el
dinero es el dinero. Y no se puede decir que Taylor no haya dejado clara su
postura al respecto.
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