Reality Killed The Video Star
se vendió como el comeback de Robbie Williams después del fracaso –en todos los
sentidos- de Rudebox. Tres años después, su nuevo disco, Take The Crown, vuelve a parecer un
comeback, tanto por su título como por las declaraciones del cantante en las
que afirma que quiere ser de nuevo una estrella y dominar las listas. Tras su
paso por Take That, Robbie busca recuperar su posición en el pop. Lo hace con
las mismas armas de siempre: buenos temas con opciones de ser éxitos.
Robbie se reivindica a sí mismo
a lo largo del álbum. Lo dice bien claro en el primer corte, Be A Boy. “Decían
que la magia me estaba dejando, pero no lo creo”, canta sobre una melodía de
sintetizadores retro con un saxo tipo Kenny G. La nostalgia y las ganas de
mantener su espíritu de joven rebelde se extienden a Gospel. Una explosiva
melodía con aires de pop ochentero sirve para que Robbie mire al pasado y haga
balance sobre su carrera y vida, tal y como sucede en la guitarrera y enérgica Not Like
The Others.
Canciones como Candy demuestran
que Robbie realmente tiene ganas de jugar en la primera línea del pop. El
single se presentó con un sonido simpático y encantador desde la primera
escucha. Un hit veraniego que llegó en otoño. También es pegadizo el electropop
de Shit On The Radio. Su letra puede jugar en contra del cantante si en algún momento suena
en la radio. Y tiene muchas posibilidades. En Different, en cambio, regresa al terreno
de las baladas, donde una vez más brilla gracias a unos buenos arreglos de
orquesta.
Jacknife Lee ha producido Take
The Crown, como ha hecho con varios discos de Snow Patrol y puntualmente
con U2. Por eso no es de extrañar que estos nombres vengan a la mente en pistas
como All That I Want, la hipnótica Hunting For You o la balada rock Into The
Silence. La seriedad de estas tres canciones, que aparecen seguidas, se rompe con Hey Wow Yeah Yeah, un tema corto y sin pretensiones que
apuesta por un sonido sucio.
A pesar de los mensajes que
lanza a lo largo de todo el álbum, lo cierra con Losers, una versión del tema
folk de The Belle Brigade interpretada junto a Lissie. Queda descolgada tanto
por su sonido como por su letra. “No me importa ser un ganador” canta en
contraposición a sus intenciones con este proyecto.
Take The Crown no cumple con el
objetivo de ser el disco pop en mayúsculas que probablemente Robbie Williams
querría. Juega demasiado sobre seguro para conseguirlo, lo que hace que le faltan momentos que
impresionen de verdad. Pero si no se le piden, el conjunto funciona bastante
bien. Gustará a sus fans y venderá miles y miles de copias, que al fin y al
cabo es otra de las cosas que el cantante buscaba.
Nota: 7
Destacamos: Gospel, Candy, Different, Shit On The Radio
0 comentarios:
Publicar un comentario